la transparencia en la red
Tema recurrente y que ya hemos tratado en alguna ocasión incluso en este blog. Lo comentábamos en el pasado beers&blogs, con Lucas, Fernando, Julio, Alex… Todo viene por la proliferación de las redes sociales y la posibilidad ya no de contar tú lo que quieras sino de verte en fotos de terceros, hacer público tu listado de amigos…
Si bien coincidimos en que esa transparencia va a ser cada día mayor y se va a asumir como natural, es evidente que aún tenemos una cierta reticencia a la exposición pública total, es decir por edad nuestras fiestas de la universidad no están en la red y es algo de lo que nos alegramos. Cuando todo el mundo tenga puestas por ahí sus fotos del fin de semana y estas cosas se miren para una selección de personal, no va a pasar nada, porque todo el mundo va a estar en la misma situación, incluso ahora mismo todos sabemos que son cosas «normales».
Quizás donde más actividad veo es en facebook, donde me está ocurriendo algo curioso, si bien empezaba como red profesional, con casi la misma gente que en Xing, ahora he ido encontrando amigos, antiguos compañeros del colegio y demás… es una virtud el tener todo eso unido y en general no me importa que se sepa de mis actividades eventuales, o que se vea a la gente con la que fuí al colegio; pero no tengo muy claro que quiera mezclar ambos mundos, si por ejemplo suben fotos de hace mil años: ¿quiero que las vea todo el mundo? seguramente no me importe, pero el mero hecho de planteármelo significa que aún me queda algo de pudor. Seguramente con tocar los permisos para cada cosa del perfil bastaría, pero sí que esa configuración debería ser por grupos, unos permisos para amigos, otra para networking, otra para compañeros de trabajo…
Además empiezas a navegar por «amigos de amigos» y vas encontrando a otra gente que conoces, ves sus fotos, las de las bodas a las que van… vamos puro cotilleo y pérdida de tiempo en muchos casos. Y ahí me surge otra reflexión, no sé si quiero que amigos de amigos vean a lo que me dedico, gente que he conocido pero que están bien en el olvido y demás asuntos. Y eso que en general no tengo muchos enemigos, ni grandes problemas, no me quiero imaginar el que tenga un@s cuant@s «ex» y que haya acabado a tiros, puede tener comentarios realmente «graciosos». Yo de momento he parado un par de veces de agregar a alguien que conocí en su día por no saber si quiero «reencontrármelo».
Una vez más mientras nos planteamos estas sesudas consideraciones sobre las implicaciones personales y sociológicas de la 2.0 y demás las cosas simplemente ocurren, sino daros una vuelta por tuenti. Así que creo que incluso los que nos las damos de «transparentes» aún tenemos un largo camino por recorrer. Por cierto que el uso que se le da a las redes sociales y su agregación-dispersión dará para otro post completo.
Reconozco este tipo de reflexión… la echaba de menos…
¿Te avergúenzas de alguien?… tranquilo, tus fotos están a salvo 😉
Un abrazo
Y lo que queda!
Muy bueno tu post Wilhelm. Comparto al 100% tu pensamiento. Yo también tengo ese pudor. Y no sé si es conveniente ser transparente al 100%. Y probablemente no lo sea totalmente nunca. Y no me parece que sea un defecto. Yo creo que es bueno también defender tu derecho a la intimidad. Es este un derecho que se vuelve cada vez más importante según avanzamos.
Un saludo.